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A vuelapluma: las alfombrillas para ratón son superficies optimizadas para proporcionar a este dispositivo un mejor control, precisión o velocidad, características muy importantes en ratones gaming (es el uso más popular), pero también en tareas variadas de productividad y/o edición.
Su composición es de lo más variada y, como veremos más adelante, determina sus propiedades. Pero esencialmente se compone de dos capas: una superficie de plástico, tela e incluso metal y una base hecha de un material antideslizante como puede ser el caucho.
La elección de un material u otro para la superficie de la alfombrilla del ratón tiene una consecuencia directa en sus propiedades, quedando definida por su dureza: ¿alfombrilla dura o blanda? No hay una mejor que otra, sino que cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes.
La diferencia principal radica en que las alfombrillas blandas suelen estar hechas de tela y base esponjosa, mientras que las duras constan de materiales sólidos y lisos, como plástico o aluminio. Mientras que las duras son las más adecuadas para tareas en las que se requiere velocidad por encima de todo, ya que hace falta muy poca fuerza para deslizar, con las blandas el movimiento es más lento, ofreciendo mejor control y precisión.
Las alfombrillas de ratón suelen venir en cuatro tallas: pequeña, mediana, grande y extragrande, en este último caso prácticamente la línea entre un protector de escritorio y una alfombrilla se difumina. Si juegas es habitual que te decantes por las de mayor tamaño, ya que proporcionan más espacio para moverse con libertad tanto en deslizamientos cortos y largos sin miedo a llegar al borde
Al margen de la comodidad que brindan los tamaños extragrandes, merece la pena detenerse en una característica de los ratones: los DPI. Un DPI alto se traduce en que el cursor del ratón recorre grandes distancias en la pantalla al desplazarlo poco sobre la alfombrilla, de ahí que no sea necesario un modelo de gran tamaño. Además, no siempre contamos con una mesa grande para trabajar o jugar.
No obstante, si necesito precisión en mis tareas o en mis partidas (para moverte con cuidado o apuntar, por ejemplo), las alfombrillas grandes son la mejor elección para acompañar a un ratón con bajos DPI que, como hemos visto, se traduce en necesitar largos desplazamientos sobre la alfombrilla.
El grosor es la tercera dimensión en discordia, lo habitual es encontrar alfombrillas de ratón:
Fina, de 2 a 2,5mm. Son ligeras y flexibles, adaptándose a la superficie sobre la que se apoyan, lo que puede ser un problema si nuestra mesa es irregular o cuenta con rugosidades
Estándar, de 3 a 3,5mm. Son las más comunes, al ofrecer un equilibrio entre ligereza y rigidez para lograr una superficie uniforme
Gruesa, de unos 5 mm. Proporcionan estabilidad y gracias a su rigidez te aseguras contar con una superficie uniforme. Si además son blandas, la sensación es muy agradable para las muñecas al sentirlas como un cojín.
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